Reflexiones en Versos: Poesía sobre el Cáncer de Mama

En el jardín de tus ojos
se esconde la noche,
donde los suspiros y los sueños
bailan al compás de los latidos.

En el silencio de las estrellas,
se escucha tu voz en mis pensamientos,
un eco eterno que me guía
en la oscuridad de la noche.

Bajo la sombra de un árbol centenario,
te espero cada tarde al caer el sol,
mirando al horizonte con anhelo
de encontrarte en mis sueños.

Entre las olas del mar bravío,
se pierde mi corazón en busca del tuyo,
navegando en aguas profundas
donde solo el amor es dueño.

En el eco de una canción lejana,
resuena tu risa como melodía,
uniendo nuestras almas en un abrazo
que trasciende la distancia y el tiempo.

En el reflejo de la luna en el río,
se dibuja tu rostro con ternura,
una imagen que se funde con mi alma
y me acompaña en la noche solitaria.

En el susurro del viento en la montaña,
escucho tu nombre que llama,
una promesa de eternidad
que se lleva mis miedos y mi tristeza.

En el vuelo de las aves al atardecer,
veo la libertad que anhelo contigo,
un destino compartido en el cielo
donde nuestros sueños se entrelazan.

Entre las hojas del viejo libro,
se esconden los secretos de nuestro amor,
palabras escritas con el alma
que narran nuestra historia sin final.

En el murmullo del arroyo en el bosque,
se escucha el eco de nuestros susurros,
un pacto sellado con el corazón
que nos une en la eternidad del instante.

Bajo el cielo estrellado de la noche,
pintamos juntos constelaciones de amor,
un universo paralelo donde danzan
nuestros destinos entrelazados.

En la lluvia que cae suave y callada,
siento la caricia de tu ausencia,
un recuerdo que moja mi piel
y alimenta la espera de tu regreso.

Entre las sombras de la penumbra,
se dibuja tu silueta en la distancia,
una presencia que ilumina mi sendero
y me guía hacia tu amor eterno.

En el suspiro del viento al amanecer,
respiro tu esencia en el aire fresco,
una brisa suave que me abraza
y me llena de esperanzas y deseos.